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Detesto a los que me privan de la soledad y sin embargo no me hacen compañía. Irving Yalom


La esperanza es desear que algo suceda,
la Fé es creer que va a suceder,
y la valentía es hacer que suceda.

martes, 23 de agosto de 2016

de niña a mujer

El paso de niña a mujer es muy duro. Para la niña y para su madre. Del padre, mejor no hablar.
Los expertos dicen que el cambio es paulatino, que se caracteriza por el nacimiento de vello, aumento de las glándulas mamarias.... pero son paparruchas.
El cambio comienza cuando tu angelical hija pasa a ser Mr. Hide y la agresividad y la ira se apoderan de aquellos rizos rubios y los adorables ojos azules. 
Siguen por un perfeccionamiento en las malas artes de la mentira. Hacía muy poco tiempo que temías que tu hija fuera la más tonta del corral y de repente es lo suficientemente sagaz como para borrar incluso el registro de llamadas del teléfono. 
El siguiente paso serán sus inquebrantables noes. Son como una barrera que pone entre tú y ella ante cualquier cosa que suponga abandonar el sillón, la tele o cualquier aparato enchufado a la red.
Después, vienen las amenazas con temporadas indefinidas en diferentes internados, la conocida frase "pues si no estás a gusto, te vas con tu padre", las interminables horas maquinando castigos y finalmente, tiras la toalla. Con un poco de suerte llega el verano, la empaquetas con los abuelos y te olvidas durante un mes.
Un mes después, el río ha vuelto un poco a su cauce. Tu hija te quiere de nuevo, te promete que estudiará, que recogerá su habitación, que no volverá a abusar de internet, que las mentiras se acabaron y que fregará y obedecerá todo el rato. Tú, insulsa, crees que Dios escuchó tus plegarias pero no, lo único que ha ocurrido es que aunque parezca mentira, con los abuelos ya no está ni de lejos tan bien como se estaba en casa. 
Admites de nuevo en tu seno a la pequeña cabrona tirana como si fuera el hijo pródigo y cuando todo está calmado de nuevo, queda el remate final. La traca. La gran apoteosis. El mensaje de wasap que lo cambia todo:

"Mamá, ¿me compras compresas?"

martes, 28 de junio de 2016

El velo

Tras una noche agitada, abrió los ojos y todo lo veía más nítido. 
Al levantarse, encontró enredado entre los dedos de él, su velo. 

Fue al mirarlo que vio que no quedaba nada de su divinidad. Él era un mortal como ella. Era egoísta, celoso, independiente...

Horas después juró sobre las cenizas de la última carta de amor que le envió, que nunca más volvería a rendir pleitesía ante otro dios.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Ganas

Ella tenía claro que la vida se fundamenta en la capacidad que tengas de aguantar las ganas. 
Dependiendo del tiempo que aguantes entre una copa y otra, eres más o menos alcohólica. Según lo que aguantes las ganas de follar, eres ninfómana o estrecha. Si te gusta jugar amenudo a las cartas, eres ludópata. Si no pasas un día sin entrenar, vigoréxico y así con todo.

Era presa de sus ganas. De sus ganas de fumar, de sus ganas de beber, de hablar, de criticar, de comer, de follar, de leer....

Hasta que un día decidió dejar de ser presa de las ganas y fue presa de sus vicios.

miércoles, 27 de abril de 2016

Cupo

Si los humanos tuviéramos un cupo de palabras para utilizar a lo largo de nuestra vida, más de uno llevaría décadas mudo.

Me voy a tomar un ibuprofeno....

viernes, 22 de abril de 2016

El Tarot

- ¿Sabes qué, Destino? ayer me echaron las cartas. La tía es buenísima!!! me dijo cosas que era imposible que supiera. 
- Y de amores, ¿te dijo algo?
- Sí, bueno.... me dijo que voy a conocer a 2 chicos y que podré elegir entre ellos porque ambos estarán locos por mis huesitos.
- Qué suerte! aunque, bueno, da un poco igual si tienes que elegir entre 2 ó entre 20, siempre eliges al equivocado.




Uno nunca está seguro de quién es tu amigo o tu enemigo....


jueves, 14 de abril de 2016

Un buen día

La gente suele desconfiar de las personas serias y mal encaradas, pero yo no. Yo temo más a las personas sonrientes y amables. Son unas zorras!

La guarra que me hizo esto, era de esas campanillas con voz de pito que están siempre sonriendo, acompañan sus palabras con múltiples gestos de su cara y sus ojos y entre palabra y palabra te escupen un "cariño", "guapa" o "corazón". Yo siempre las veo como las niñas princesitas de familia numerosa, con 2 ó 3 hermanos que con 5 años te taladraba el tímpano con su estridente voz y que de mayor, aunque beba orujo diréctamente de la botella o se fume 2 paquetes de tabaco negro, sigue teniendo esa voz de pito que aún en las noches más silenciosas resuena en mi cabeza.

Bueno pues a mi me tocó trabajar con una de esas. 
Un día, la campanilla no sonaba tan aguda, yo ya no era su "corazón" y no gesticuló ni una sola vez en toda la mañana. La princesita estaba triste. 
Pues ese día, oye, ¡que yo me vine arriba! me hacía pícaramente feliz que la campanilla tañera más grave. Seguro que por eso me pilló desprevenida durante la conversación del café cuando empezó a gimotear sobre lo infeliz que en realidad era, que nadie entendía sus problemas y que necesitaba descargar su frustración conmigo. ¿Conmigo? 
Lo siguiente que recuerdo es despertarme en el hospital con todo el cuerpo dolorido.


viernes, 1 de abril de 2016

Anoche por la noche

Ayer por la noche escuché gemir a mi vecina mientras follaba. (mientras follaba ella, no yo....por desgracia)

Hace 3 meses que vivo en esta casa

Eso quiere decir que:

- Yo estoy sorda
- Ella folla poco

Fin de la cita. 

miércoles, 23 de marzo de 2016

Felices días de las etiquetas

En marzo toca el día del padre, en mayo el día de la madre. Pues que sepáis que ESTOY HASTA LOS GÜEVOS!!! porque vosotros me diréis, ¿qué puede celebrar una niña sin padre o con una madre tirana?. A LA MIERDA!!! además, siempre toca cocinar una comilona de "sus muelas" para celebrar el evento o acudir cual rebaño a un restaurante saturado, donde un maître con un palo metido por el culo te dirá que sin reserva no hay mesa. 

No me gusta celebrar la hipocresía de "los días de...". Recuerdo que de la única que siempre disfruté fue del día de los abuelos que celebraban las monjas. 
Yo soy la pequeña de media docena de nietos y por desgracia, sin ninguna tara de nacimiento que me haga merecer el amor gratuito de mi familia. Así que era la única oportunidad que tenía (además del día de mi cumpleaños) de que mi amada abuela me felicitara y se sintiera orgullosa de su nieta pequeña. 

Y unos 35 años después de aquellas experiencias, resulta que soy madre. Y lo fui también sin taras, ni grandes esfuerzos, sin embarazos traumáticos y (gracias a Dios) con una hija perfecta y preciosa. Pues feliz día de la madre, oye. 

Lo que siempre se me olvida, es que soy mujer. Sólo por eso, ya tenemos otro día más de celebración. Se creerán los machitos (ya sean hombres o mujeres) que es la leche ser mujer. PUES NO!. 
Sólamente el hecho de tener la regla ya es un coñazo que te tiene pringada todo el puñetero mes. Eludiendo los efectos farragosos que todos conocemos, unos días te duele el pecho, después te pesa, luego se te hincha, si eres afortunada sientes esos 3 síntomas juntos, luego te duelen los ovarios. Acto seguido, llegan 2 ó 3 días fantásticos en los que ovulas y tu cuerpo elimina por si sólo toxinas y líquidos varios y te sientes ligera y deshinchada.
Como 3 días sin sentimientos incómodos han sido demasiado tiempo y para que no te acostumbres, inmediatamente después se te vuelve a hinchar el peso, notas el peso de tus ovarios, te cambia el humor cada 5 minutos y eres capaz de reír mientras lloras y le gritas a la persona más cercana que son unos machistas insensibles por pensar que tu estado es producto del síndrome pre-menstrual.

Así que después de estas profundas reflexiones y con un dolor de pecho horroroso, sientiendo el peso de mis ovarios, y haciendo uso de todas las capacidades "celebrales" que me permite el síndrome pre-menstrual, puedo decir alto y claro, que ODIO ser mujer. En unos días decidiré si operarme y hacer el cambio definitivo.

martes, 1 de marzo de 2016

Zona de confort

A Dios pongo por testigo, que en algún momento de la vida arreglaré el blog y pondré de nuevo mis molonas fotos. Que como nos contó el sábado nuestra querida Ana González Duque, más conocida como MariJo, no se puede tener un blog tan zarrapastroso si quiero ser escritora de éxito y tener cienes y cienes de seguidores. 

AAAayyyyyy la zona de confort....lo bien que nos hace sentir y lo jodídamente difícil que es salir de ella. Claro que si no fuera así, no se llamaría "zona de confort", se llamaría "colchón de muelles" o cualquier otra cosa, pero de confort nada. 
Yo soy lo que viene siendo, una experta en salir de la zona de confort. De hecho, si por fin he llegado a esa zona, enseguida pienso que es muy raro que todo vaya bien y voy y me cargo yo solita el confort con pensamientos de mal rollo, comeduras de tarro y todo lo demás hasta que consigo que el confort se convierta en una cama de pinchos. Porque puestos a joder la zona de confort, ¿por qué quedarnos en colchón de muelles pudiendo estar más incómodos aún? Pues eso. 

Echando la vista atrás, que con eso de la crisis de los 40 me siento súper nostálgica, he recordado las cosas que antes me hacían feliz, lo que hacía que mi rutina fuera confortable y que yo solita me quité de un plumazo y que encima por gilipollas, no he vuelto a tener. 
Echo de menos mis cuentos para adultos, hecho de menos salir a bailar, echo de menos ser una inmadura y solitaria veinteañera que no tenía que dar explicaciones a nadie. Echo de menos ir al cine y tener dinero. 
Echo de menos tener un perro. Echo de menos tener tiempo para poder perderlo con el perro. Enseñarle agility, sacarle trozos sangrantes de personas de sus fauces, salir con un bocadillo a un parque a comer con el primer rayo de sol de enero, rebozarnos ambos en la arena húmeda de la playa....
Echo de menos mi gimnasio. Echo de menos a mis compañeras. Echo de menos sentirme cansada y sobretodo echo de menos no sentirme descansada.
Echo de menos no tener responsabilidades pero también echo de menos los besos y abrazos de mi hija, tan aríscamente adolescente que ya no permite ni la menor muestra de cariño.

Echo de menos el aburrimiento de la zona de confort y por eso, estoy haciendo todo lo posible por volver a conseguirlo y haré todo lo posible por mantenerlo cuando lo tenga. Permaneceré calladita, quieta. Y prometo intentar mantener alejados los pensamientos tóxicos que siempre consiguen convertir mi confort en una cama de pinchos. 

martes, 23 de febrero de 2016

FRANÇOISE

Yo estudié francés en el cole, durante el BUP. Y sí, también estudiamos el idioma. De ahí que a mis 41 años no sólo no se me quejen, sino que hasta me feliciten por mi dominio de la lengua. 

El caso es que yo tuve una profesora de sustitución porque a mi profesora oficial le dio por quedarse embarazada. La mujer que vino en su lugar, nunca la olvidaré. Era como Geraldine Chaplin: delgada, mediana edad, arrugas y con mucha pinta de francesa. Ella nos enseñó entre otras muchas cosas, 2 llamados "falsos amigos" del idioma:

Nos enseñó que ella se llamaba Françoise (fgansuas), no François (fgansuá). Debíamos tener claro, que a ella sus padres le pusieron "Paca", no "Paco".
Qué quieres que te diga, pero aunque pueda parecer una estupidez, estoy segura que esa pequeña diferencia en la pronunciación puede arruinar un negocio de cientos de miles de egggos. 
Tampoco podemos olvidar que en aquellos años, más de uno se equivocó con una tal Vivi Andersen que por ese entonces aún tenía algo de "Paco", y le hubiera venido muy bien haber sabido la diferencia básica que nuestra profesora Fgansuas nos enseñó. 

Y la segunda cosa (no por ello menos importante) que nos dejó claro fue que cuando llegáramos a Francia y si escuchábamos que alguien estornudaba, nunca le preguntáramos "êtes-vous constipé?" porque por mucho que "chaleco" en francés se diga "chalequé", "constipé" no tenía nada que ver con un catarro sino con una diarrea. 
Imagino que no necesitáis más explicaciones ni razones por las que esto debe quedaros grabado a fuego en vuestras mentes. Pero por si acaso hay alguna rubia entre el público remarcaré, que es evidente que nunca fue lo mismo estar llenos de mocos, que de mierda.