Tras una noche agitada, abrió los ojos y todo lo veía más nítido.
Al levantarse, encontró enredado entre los dedos de él, su velo.
Fue al mirarlo que vio que no quedaba nada de su divinidad. Él era un mortal como ella. Era egoísta, celoso, independiente...
Horas después juró sobre las cenizas de la última carta de amor que le envió, que nunca más volvería a rendir pleitesía ante otro dios.
El ser humano es el único animal que tropieza cienes y cienes de veces en la misma piedra así que seguro que volverá a rendir pleitesía ante otro dios...dale tiempo....
ResponderEliminarbuf, seguro!
EliminarEs como la borrachera, siempre la última es la peor y de la que es más difícil recuperarse.
ResponderEliminarel último cubata es la clave
EliminarFue al mirarlo y descubrir que no era divino, solo como ella...
ResponderEliminar- quizás si ella hubiera dado algún paso por acercarse a él ella sería un poco más divina y menos humana...
- quizás si él hubiera sido más egoista y menos divino, ella lo vería con el velo...
Lo primero, es él quien le arranca el velo.
EliminarLo segundo, "quizás si" o "y si" son tiempos pasados. Hay que conjugar siempre en presente
quizás
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