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Detesto a los que me privan de la soledad y sin embargo no me hacen compañía. Irving Yalom


La esperanza es desear que algo suceda,
la Fé es creer que va a suceder,
y la valentía es hacer que suceda.

martes, 29 de enero de 2013

Ya tengo nuevo blog

Como comprenderéis, si quiero quitarme censura, no puedo poner aquí la dirección. Me pasaré por vuestros blogs y os lo dejaré en los comentarios. Odio la autopublicidad pero no se me ocurre otra forma, porque no será visible de otro modo la nueva dirección. Si me olvido de alguno de vosotros y queréis leerlo, mandadme un mail.


Prados Soleados 62


Lo que me cabrea

No hay cosa que me cabreé más de buena mañana que despertarme antes de que suene el despertador. No sólo te revienta los últimos 5 minutos de sueño, sino que empiezo a tener pesadillas recurrentes despierta, con que me duermo, llego tarde a trabajar, me echan del curro y el mundo se acaba. Por fin le echo narices y abro un ojo, encuentro el puñetero mini-botoncito del móvil para ver la hora y descubro con gran enfado que son las 6 y cinco. Amos no me jodas! el despertador me suena a y cuarto! Maripili, cierra los ojos y duérmete.  No hay forma. No consigo dormirme. Cuando por fin me amodorro, el grillo se pone a cantar. Pues ahora te callas, coño! que me quedo 10 minutitos más!. Craso error, cuando el grillo a vuelto a cantar, no era capaz de abrir los ojos.
Corre! al final es tarde!. Comienza la etapa contra-reloj, ducha, dientes, etc., con la lengua afuera ya de buena mañana, me preparo el café, enciendo la tele, pongo el NO-DO y miro el reloj: las 06h45. Mierda, ahora es pronto!, me podría haber quedado en la cama 5 minutitos más.

Me cabrea repetir las cosas, sobretodo cuando estoy hablando con una niña abstraída por los dibujos de la tele.

El otro día la cremallera del abrigo dejó de funcionar. Sí Maris, tantos años de adelantos tecnológicos y a mi se me revuelve una cremallera. 
Salí del coche aún dentro del párking intentando abrocharme el abrigo, subí las escaleras, salí a la calle y el gélido frío de la noche me puso los pelos de punta y la puñetera cremallera que ni para atrás!
Caminé durante los 10 minutos que separaban el parking del teatro intentando subirla y ni flores, por fin, en la puerta del teatro, subió. Ahora?! AHORA?! PUES AHORA NO ME ABROCHO!

Cuando se pega el pescado a la plancha en la sartén y se destroza entero.
Cuando después de 10 minutos limpiando ese puñetero pescado desmenuzado, la jodida niña encuentra una espina y me lo pasa por los morros.

Cuando después de toda la mañana cocinando, se me queda el guiso soso. 

Y así podría seguir toda la mañana, pero aquí se quedó la entrada. 


lunes, 28 de enero de 2013

Me odio

Cuando erais pequeños, ¿no estabais deseando llegar a casa para saber qué había de comer ese día?
Si era algo rico, regalabais a vuestra madre todos los besos del mundo, pero sino.....la odiabais....tan profundamente que en ocasiones, os ibais hasta sin comer! O sino, removíais las verduras con la esperanza de crear un vórtice en el centro del plato que se las llevara hasta otra dimensión....Con el hambre que hay en el mundo! te decía tu madre, pero tú no conseguías entender qué tenían que ver los negritos de la tele con tus verduras....

Pues el caso es que a mí ahora me pasa algo parecido. Todos los días hacia las 2 y media como en mi mesa de la oficina. Voy a la nevera, saco mi neverita de Banesto y abro ilusionada los tuppers.
Día tras otro, esa ilusión se convierte en lágrimas ardientes que corren por mis mejillas....Todos los días lo mismo: puré de verduras y fruta. Algún día barrita sustitutiva, fruta y puré de verduras. Y muy de ciento al viento, fruta, filete y puré de verduras. 

Lo peor de todo es que soy yo misma la que me preparo los tuppers por la mañana, pero aún y así sigo soñando con que la nevera de mi empresa es mágica y cuando lleguen las 2 y media y vaya a abrir mis tuppers, descubra con gran estupefacción que el puré de verduras se ha convertido en espaguetis carbonara....(por ejemplo!)

lunes, 21 de enero de 2013

El final...del verano

Sí Maris, ha llegado el momento de cerrar una etapa, como dirían los escritores importantes o los tertulianos de telefive. Pero no os preocupéis porque no pienso desaparecer (aunque ya llevo desapareciendo desde hace casi medio año).
No sé muy bien qué es lo que me lleva a cerrar el blog, quizá la enésima noche de insomnio tenga mucho que ver, quizá porque tengo el SPM, quizá porque se piró el "espíritu Mari" y nunca volvió o quizá porque cada vez tengo más miedo a contar una vida que ya no es la mía, pero la verdad es que ya no soy la Maripili que todos conocéis.
Antes era una mujer que conseguía de una forma u otra y a duras penas, sentirse realizada y segura. 
Parece mentira, pero antes, hace más de 2 años que es cuando empecé a escribir, era una mujer más segura de sí misma que ahora. Mi vida tal y como la conocía desde hacía 3 años se acababa, pero no me importaba porque tenía las ideas claras. Sabía que me iba a divorciar, que probablemente me echarían y que nunca encontraría una pareja estable. 
Me divorcié, me echaron y yo era capaz de reírme de todo y escribir post divertidos donde caricaturizaba a todo el mundo y sobretodo a mi.
Encontré otro trabajo donde me explotaban y ninguneaban, pero yo conseguía seguir riéndome de todo.
Me enamoré, me mudé y en alguna caja metí mi sentido del humor y en la mudanza se perdió.
No os creáis que ahora no soy feliz, porque lo soy. Con la mudanza también dejé atrás muchos lastres que me frenaban y que no me permitían vivir como yo quería, pero también encontré trabas:
Mi hija se convirtió en mi peor enemiga.
En noviembre dejé de cobrar paro
No tengo amigas con las que ir a tomar un café y "hacer un par de trajes"
Debo luchar contra un enemigo invisible que soy yo misma y mi carácter.
Y cada día cuando me levanto y me miro al espejo, debo enfrentar la idea de que soy una pobre parada, madre soltera, de 38 años cuya única preocupación es no volver a coger los 20 kilos que un día perdí y qué parte de la casa limpiaré ese día. 
Como podéis comprobar, no me he inventado nada: el espíritu Mari desapareció y nunca más volvió.
Ahora tan sólo soy capaz de contar miserias. Penas no, miserias.
También alguna buena noticia hay, no os voy a engañar:
Mi hija vuelve a ser mi mejor amiga, aunque tuvimos que pedir ayuda y aún estamos recibiéndola.
Por fin el próximo 10 de febrero empezaré a cobrar una ayuda familiar que me dará el estado.
Y como sigo sin encontrar trabajo, bajo la supervisión de una orientadora y con la inestimable ayuda de mi nueva familia, la empresa que voy a montar empieza a ser una realidad o por lo menos, una dirección web en internet
Pero el espíritu Mari sigue sin aparecer.
Por eso  creo que es el momento de dejar 4 Maris y un Destino.
No voy a desaparecer, aún os quedan unas cuantas entradas que aguantarme como los borradores que nunca publiqué, un par de entradas con fotos que me he prometido publicar y dos entradas dedicadas que debo a un par de personas.
Más adelante vendrá otro blog.
La Maripili desafiante de la foto seguirá acompañándome, es la única que me recuerda quién fui y me insta a no olvidarme de ella. 
Tengo muuuchas cosas que contaros y mucha gente de la que hablaros, pero será en otra "casa". 
Tengo ganas de quitarme presión, de escribir sobre lo que me apetece, de perder algunos "ojos indiscretos", pero sobretodo, de sacudirme algo de "censura".
Permaneced atentos, continuará...