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Detesto a los que me privan de la soledad y sin embargo no me hacen compañía. Irving Yalom


La esperanza es desear que algo suceda,
la Fé es creer que va a suceder,
y la valentía es hacer que suceda.

viernes, 14 de agosto de 2015

Impresiones

Aunque soy una persona cuerda, de vez en cuando pierdo el norte. 

¿A quién quiero engañar? de cuerda, nada! el otro día conseguí describir mi actividad cerebral diaria: entre luchar por reprimir mi ira y pelear contra la tristeza, echo el día.

He de reconocer que últimamente estoy haciendo un buen trabajo. Consigo estar casi todo el día, casi todos los días, de buen humor. Soy tan asertiva que suelo ofender a la gente, claro que es la misma gente que no entiende cómo puedo no doblegarme a sus deseos cuando ellos ni siquiera escuchan los míos. 

Hipocresía. Eso es lo que más suelo encontrarme.

Hay días que la raza humana me defrauda tanto que me parece imposible seguir viva hasta el día siguiente. 

Normalmente no entiendo a la gente. Piden sinceridad, pero luego no la aceptan. Piden justicia, pero sólo para ellos. 

Hay un caso de un familiar con cáncer (lo siento por los que os sintáis ofendidos pero de verdad que no quiero molestar a nadie), al que prácticamente cada día desde hace más de un año, he preguntado cómo estaba, me he interesado por su salud y por su psique. Pues no es suficiente. Siempre he fallado algún día, o algún minuto, o algún aniversario, o he entonado mal la pregunta, o ha sonado exigente mi solicitud.....
¿Puede alguien explicarme cómo se les habla a las personas con cáncer? ¿alguien puede explicarme por qué hay como un ranking de enfermedades donde el cáncer es la número 1? 
Yo llevo 2 años luchando día a día, minuto a minuto contra el duelo que me generó un desamor, y el día que no me encuentro fuerte, el día que lloro, el día que tan sólo tengo ganas de esconderme en el último rincón del universo, ese día, se encarga el karma de regodearse. 
Bueno pues, llevo 2 años luchando. Vale que no es un cáncer, es tan sólo desamor, un corazón roto, una pena, un trozo de vida extraviada, una alarma de carga incompleta, pero requiere de lucha. De lucha activa.
¿Por qué digo "lucha activa"? porque en realidad tienes que luchar tú contra ti misma. Nadie te ayuda, no hay pastillas, quimioterapia, cirugías o tratamientos que te alivien, que te curen, tienes que luchar tú, medicarte tú.
El beneficio de la lucha es tan a largo plazo que muy a menudo te parece no haber avanzado ni un metro y el efecto de olvidarte un día de luchar es tan devastador que puede terminar de la peor forma imaginable.

Durante mi particular lucha he estrenado obras de teatro, musicales, hecho programas de radio, he educado y reeducado a mi hija y ni una sóla vez, ni tan sólo un mensaje ha salido de esa enferma de cáncer para preguntarme qué tal. 

¿Cuánto tiempo puedo permitirme esperar para poder enfadarme? ¿durante cuánto tiempo más tengo que ser comprensiva con la enferma de cáncer? ¿hasta que se cure? ¿hasta dentro de 5 años? ¿y si no se cura? ¿tendré que seguir hablándola con tarjeta de oro? ¿a ella y a todos los enfermos de cáncer que conozca? ¿por los siglos de los siglos? 
Si a la gente no nos gusta que nos etiqueten, si juzgar a alguien por su color, edad, religión, inclinación sexual está mal, ¿por qué debemos etiquetar a un enfermo de cáncer como mercancía frágil por el resto de la vida?

Tengo la seguridad de ser anti-social. Tengo la seguridad de ser arisca. Tengo la seguridad de volverme cada día más fría. Tengo la necesidad de seguir luchando. A veces tengo la impresión de que el mundo es hostil de forma gratuita. Estoy segura de no merecérmelo. A veces tengo la impresión de que quiero ser como tú, o como tú, o como la imagen que proyectas de ti, pero al final siempre llego a la conclusión de que siempre es mejor ser uno mismo porque más vale malo conocido. 

martes, 4 de agosto de 2015

Por poco

Eran muy felices cuando estaban juntos.
El problema era que en la vida real, ni eran lo uno ni estaban lo otro