Ella tenía claro que la vida se fundamenta en la capacidad que tengas de aguantar las ganas.
Dependiendo del tiempo que aguantes entre una copa y otra, eres más o menos alcohólica. Según lo que aguantes las ganas de follar, eres ninfómana o estrecha. Si te gusta jugar amenudo a las cartas, eres ludópata. Si no pasas un día sin entrenar, vigoréxico y así con todo.
Era presa de sus ganas. De sus ganas de fumar, de sus ganas de beber, de hablar, de criticar, de comer, de follar, de leer....
Hasta que un día decidió dejar de ser presa de las ganas y fue presa de sus vicios.