Aunque soy una persona cuerda, de vez en cuando pierdo el norte.
¿A quién quiero engañar? de cuerda, nada! el otro día conseguí describir mi actividad cerebral diaria: entre luchar por reprimir mi ira y pelear contra la tristeza, echo el día.
He de reconocer que últimamente estoy haciendo un buen trabajo. Consigo estar casi todo el día, casi todos los días, de buen humor. Soy tan asertiva que suelo ofender a la gente, claro que es la misma gente que no entiende cómo puedo no doblegarme a sus deseos cuando ellos ni siquiera escuchan los míos.
Hipocresía. Eso es lo que más suelo encontrarme.
Hay días que la raza humana me defrauda tanto que me parece imposible seguir viva hasta el día siguiente.
Normalmente no entiendo a la gente. Piden sinceridad, pero luego no la aceptan. Piden justicia, pero sólo para ellos.
Hay un caso de un familiar con cáncer (lo siento por los que os sintáis ofendidos pero de verdad que no quiero molestar a nadie), al que prácticamente cada día desde hace más de un año, he preguntado cómo estaba, me he interesado por su salud y por su psique. Pues no es suficiente. Siempre he fallado algún día, o algún minuto, o algún aniversario, o he entonado mal la pregunta, o ha sonado exigente mi solicitud.....
¿Puede alguien explicarme cómo se les habla a las personas con cáncer? ¿alguien puede explicarme por qué hay como un ranking de enfermedades donde el cáncer es la número 1?
Yo llevo 2 años luchando día a día, minuto a minuto contra el duelo que me generó un desamor, y el día que no me encuentro fuerte, el día que lloro, el día que tan sólo tengo ganas de esconderme en el último rincón del universo, ese día, se encarga el karma de regodearse.
Bueno pues, llevo 2 años luchando. Vale que no es un cáncer, es tan sólo desamor, un corazón roto, una pena, un trozo de vida extraviada, una alarma de carga incompleta, pero requiere de lucha. De lucha activa.
¿Por qué digo "lucha activa"? porque en realidad tienes que luchar tú contra ti misma. Nadie te ayuda, no hay pastillas, quimioterapia, cirugías o tratamientos que te alivien, que te curen, tienes que luchar tú, medicarte tú.
El beneficio de la lucha es tan a largo plazo que muy a menudo te parece no haber avanzado ni un metro y el efecto de olvidarte un día de luchar es tan devastador que puede terminar de la peor forma imaginable.
Durante mi particular lucha he estrenado obras de teatro, musicales, hecho programas de radio, he educado y reeducado a mi hija y ni una sóla vez, ni tan sólo un mensaje ha salido de esa enferma de cáncer para preguntarme qué tal.
¿Cuánto tiempo puedo permitirme esperar para poder enfadarme? ¿durante cuánto tiempo más tengo que ser comprensiva con la enferma de cáncer? ¿hasta que se cure? ¿hasta dentro de 5 años? ¿y si no se cura? ¿tendré que seguir hablándola con tarjeta de oro? ¿a ella y a todos los enfermos de cáncer que conozca? ¿por los siglos de los siglos?
Si a la gente no nos gusta que nos etiqueten, si juzgar a alguien por su color, edad, religión, inclinación sexual está mal, ¿por qué debemos etiquetar a un enfermo de cáncer como mercancía frágil por el resto de la vida?
Tengo la seguridad de ser anti-social. Tengo la seguridad de ser arisca. Tengo la seguridad de volverme cada día más fría. Tengo la necesidad de seguir luchando. A veces tengo la impresión de que el mundo es hostil de forma gratuita. Estoy segura de no merecérmelo. A veces tengo la impresión de que quiero ser como tú, o como tú, o como la imagen que proyectas de ti, pero al final siempre llego a la conclusión de que siempre es mejor ser uno mismo porque más vale malo conocido.
Mejor ser uno mismo, si. Por cierto, ni idea de como se le habla a una persona con cancer y eso que en la familia ya hemos tenido dos casos cercanos.
ResponderEliminarPues nada Bubo, seguiremos luchando y la seguiremos cagando
EliminarMejor ser uno mismo, si. Por cierto, ni idea de como se le habla a una persona con cancer y eso que en la familia ya hemos tenido dos casos cercanos.
ResponderEliminarMaripili, las enfermedades del alma son las realmente peligrosas. Si no tienes ganas de vivir, ¿qué te queda? Para mí un cáncer no es la enfermedad número uno. Yo he pasado uno y la verdad, cuando pasé la dichosa crisis de los cuarenta y caí en una depre fue mil veces peor. Así que la targeta oro la guardas para la gente que lo merezca. Las relaciones descompensadas, sean de pareja o de amistad, no funcionan porque se vuelven tóxicas. Dar y recibir. Escuchar y ser escuchado. Esa es la norma. Y si te quedas sola, como a mí me pasó teniendo tantas supuestas amigas, es mejor que estar rodeaba de ese tipo de gente. Yo soy antisocial y ojalá lo hubiese sido antes, Maripili. Y de esa persona que tiene cáncer que ni pregunta, ya sabes... ni tarjeta oro ni visa platino. Venga, guapa, que esa ira bien canalizada te saca de esta.
ResponderEliminarMil besos y tienes mi correo para lo que necesites.
Ay... maripili, no sabes lo mucho que me identifico con tus palabras. Por desgracia el desamor es algo que cuesta superar. Pero no es imposible, creeme. En ese estado de lucha me he visto sumergida durante un periodo de unos 6 años, en el que si no hubiera sido por mi hijo, no me hubiese levantado de la cama. Pero un buen día sin saber como, descubrí que ya no dolía tanto.
ResponderEliminarEn cuanto al asunto de la enfermedad, no se que decirte. Cada persona es un mundo, pero sinceramente opino que lo los lazos fsmiliares como los amistosos son canales de doble sentido y que sin duda alguna, a todos nos gusta recibir un abrazo o una llamada de aliento.
No se te olvide que la vida es una montaña rusa y que tan pronto estamos abajo, como estamos arriba y no tengo ninguna duda que esto es solo un paseo por la parte baja de la montaña. Volverás a subir a lo mas altoentre otras cosas porque te lo mereces. Y porque tú tienes luz propia.
Un abrazote