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Detesto a los que me privan de la soledad y sin embargo no me hacen compañía. Irving Yalom


La esperanza es desear que algo suceda,
la Fé es creer que va a suceder,
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viernes, 4 de julio de 2014

Maripili single. El déjà vu

Hola corazones.
He decidido iniciar una nueva etiqueta en este blog que se llamará Maripili single e irá acompañada de un subtítulo con el apodo del sufridor de turno.

El verano ya ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Así que mi estado del wassap es "se abre la veda de la caza del conejo". Os aseguro que es un estado muy muy rentable. Ya ha atraído a 4 citas. 
Además de eso, me he metido en un grupo de singles de la ciudad y me he apuntado a los dos talleres que os conté el otro día: el de swing y el de hacer un musical. 

Hoy os contaré mi primera experiencia single. 
El afortunado fue el déjà-vu. Casi 50 años, 2 hijos y un romanticismo que no le cabía en el cuerpo. Imagino que por eso se lo dejó en casa, para no ir cargado. 
El tío majete llegó tarde a la cita por lo que entramos en el cine con la película empezada. Tuvo el detalle de invitarme a las palomitas y la bebida. Durante la peli me frotaba el brazo como si esperara que saliera un genio que le cumpliera 3 deseos, pero no tuvo suerte. 
A la salida del cine me llevó a pasear por una zona recién abierta, preciosísima, que era el propio parking de la zona comercial donde estábamos. Y un ratillo después, bajo la bonita luz del neón del carreflus, me besó. 
Digamos, que la noche iba mejorando por momentos...

Intenté varias tácticas, como por ejemplo, dejar que me besara como el que saca a correr al perro, con la esperanza de que se canse y que luego esté más centrado en el adiestramiento, pero no funcionó.
Luego intentaba quitarle la boca y ponerle el cuello, al menos, podría respirar mientras! pero tampoco hubo suerte. Digamos que si ya me hubiera hecho el tatuaje que tengo pensado, me lo habría borrado. 

Desesperada, le dije que o nos íbamos a tomar algo, o me iba a casa, que estaba muy cansada bla, bla, bla. Y eso sí funcionó. Me llevó a un bar cercano. En un barrio cercano. Con gente muy cercana. Que yo no soy racista y el problema no fue la gente, fue el poco tacto al ser una primera (y mucho me temo que última) cita, me llevó a una barriada de gitanos, a un bar cutre de barrio de patatas bravas y chocos. Uuuuufffffff

Ya, más que jarta, le dije que me iba a casa. Y aunque parezca imposible, lo conseguí. Tan sólo tuve que soportar un último beso de despedida con el agradable aroma del cubo de basura que había al lado de donde me indicó que podía aparcar el coche.

8 comentarios:

  1. Que suerte tienes! Pulpo como animal de compañia... Y sin visitar Galicia!

    Un besico.

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  2. lo repito porque me ha desaparecido el comentario; que digo que es una cita sin desperdicio alguno, y que el susodicho ha logrado su objetivo, porque posiblemente te cueste olvidar tal cita... jajajaj

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    1. Hola Charlota. Ya hay más gente que me ha dicho que los comentarios desaparecen....una pena!
      Hombre, el chaval quiere repetir, debe ser que sus recuerdos no son iguales a los míos jejejeje

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Yo he tenido mucha suerte con esas cosas. Exceptuando la primera vez. Fue desastrosa. Lo peor es que uno intenta ser lo mas agradable posible pero es que no había manera de que aquella chica y yo tuviésemos algo. Ni la cabeza, ni el físico, ni la aptitud. Eso si, después fue coser y cantar. Me he encontrado con gente estupenda en cuanto decidí ser un poco mas selectivo.

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    1. ostras! a mi me ha rechazado el comentario!!!! pero qué invento es esto???!!!!!

      Te contaba, Bubo, que las tiras envenenadas. Yo seré selectiva cuando me apetezca ir en serio o busque algo en concreto, mientras tanto tan sólo quiero salir, salir y salir, y para eso, cualquiera vale

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    2. No, no. Yo empecé a ser selectivo hasta para follar. A mi las tías me entran, como a todo el mundo, por la vista. Luego me enamoran por la cabeza. Recuerdo una que estaba, que coño... esta buenísima, que pensaba que el resto de los mortales le debíamos la vida. Yo para echar polvo necesito hablar un poco, tampoco mucho no te creas, pero... ¡Joder! Lo de esta es que era de imbécil total. Se te quitaban las ganas de seguir tirándole la caña. Menos mal que a veces lo que no pone la pasión lo pone la maestría y... bueno. Todo lo idiota que era lo suplía en la cama. Eso si, una y no mas Santo Tomas.
      ( Y no las tiro envenedadas, todo lo mas con algo de guindilla.)

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