Épica

Sí, ayer fue una noche épica.
Para empezar, fui al teatro acompañada por Destino. La obra elegida fue "5 horas con Mario" por Natalia Millán. Si la peli de cisne negro me dejó sentada en la butaca 5 minutos tras el final, 5 horas con Mario hizo que riera, llorara, pensara, me identificara y tomara decisiones trascendentales en mi vida. Además de inspirarme para este post....

En el "programa" que te dan en la entrada (sé que hay una palabra específica para este librillo, pero no me la sé...) puedes leer: "Cinco horas con Mario" nos habla de los asuntos eternos del ser humano: de la culpa, de la soledad, de la incomunicación, del sentido de la vida. Como siempre en Delibes partiendo de un localismo concreto encarna en sus personajes y en sus conflictos, las realidades más porfundas y complejas que condicionesn nuestra vida.

Y es cierto. La obra está ambientada en 1966, pero escuchas hablar a la protagonista y parece que sean los problemas maritales de cualquier mujer actual.
Saqué varias conclusiones:

- Si dejas a una mujer hablar durante 5 horas, es capaz de contarte toda su vida y la de las personas de alrededor sin parar ni para respirar, e hilando el monólogo tan finamente que ni te das cuenta del tiempo que ha pasado.

- Tú! machote ibérico! deberías escuchar más a tu mujer! pero escucharla con las orejas de escuchar, no sólo para conseguir tener sexo esa noche como premio!

- Si tu marido ya ni te mira, debes ponerte el sueter azul (que es el que mejor te queda), te pasas por la tintorería de Eliseo San Juan, que te dirá un piropo que te elevará tanto la autoestima, que cuando estés esperando en la parada del autobús para ir al centro, no te sorprenderá nada que Paco frene de golpe y te abra la portezuela de su maravilloso "Tiburón" dispuesto a acercarte a donde quiera que vayas.

- Y por último, machote ibérico, si desde hace años a tu mujer ya ni la miras, nunca las has dado ningún capricho, no la valoras, crees que todo lo que dice son sandeces, y encima permites que tu cuñadita se cuelgue de tu cuello a cada instante humillando con eso a tu mujer, que no te extrañe que cuando Paco nos abra la portezuela de su "Tiburón", nos subamos aunque Crescendo (el de los ultramarinos) no deje de mirarnos echándose las manos a la cabeza mientras Paco acelera tanto que parezca que vamos en una nube....

Después, Destino y yo fuimos andando hasta un restaurante catalán para pinchar algo, donde se les habían acabado todos los productos catalanes salvo las butifarras, y nos dimos un pequeño homenaje.
En mi vida había comido butifarras, y si me hubiera dejado guiar por mi primera impresión, no las habría probado....

Pero esto lo voy a dejar para el lunes, que parece que la entrada me está quedando larga.....(hablando de butifarras!)