pajaritos

Mi empresa tiene los almacenes abajo y las oficinas a la altura de un 2º piso, más o menos, así que todo el hueco de las escaleras, en lugar de pared, tiene cristaleras. Ahí es donde me fumo yo mis cigarritos mientras me da el sol.
El otro día se coló un pajarillo y andaba super asustado el pobre...intentaron sacarle, y entre sus revoloteos yo me fui porque debo reconocer que por un trauma infantil, los pájaros me dan un poco de miedito.

El caso es que el otro día cuando salí a fumar, el pajarillo estaba allí, pegándose golpes contra los cristales como si fuera una polilla atraída por una bombilla. Abrí todas las ventanas, me armé de valor, y fui a donde se había refugiado y le asusté un pelín para que volara y saliera del edificio.
Lo conseguí! misión cumplida!.

El caso es que le he dado vueltas, y el pajarillo ese me ha recordado a mí. No porque siempre ande por las nubes...(joé que malo el chiste) sino por sus intentos de huir sin conseguirlo, hasta que alguien consiguió encontrar la forma de liberarlo.
En los últimos 2 años de mi vida me he sentido como un pajarillo atrapado entre las manos de alguien que me cuidaba, me quería, me protegía, pero que no me dejaba volar.

Tuve suerte, y finalmente me liberé de esas manos. Ahora nadie me protege, pero vuelo.

Aunque os parezca raro, el post de ayer ofendió a alguien. A un amigo muy especial que fue el que pronunció la frase lapidaria de "nosotros nos vamos, ¿y tú?", y al atacarme y hacerme sentir culpable poniendo mi blog en mi propia contra, sentí que alguien volvía a ponerme la mano encima para intentar controlar mi vuelo.
No lo permití.
Mis reflejos (por otro lado adormilados) actuaron rápidamente y consiguieron que mi brazo se alzara para dar un manotazo a ese que intentaba controlar mi vuelo.

Tan sólo he perdido a un amigo, no mi vuelo. Creo que he salido ganando...¿o no?