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Detesto a los que me privan de la soledad y sin embargo no me hacen compañía. Irving Yalom


La esperanza es desear que algo suceda,
la Fé es creer que va a suceder,
y la valentía es hacer que suceda.

viernes, 23 de marzo de 2012

Desnuda

- Lo siento, cariño, pero nuestra relación termina aquí. 
- No puede ser. Yo te quiero! puedo cambiar. Te lo juro. No me dejes. ¿Qué haré sin ti?
Y mientras decía esto, sentía como se iba desgarrando por dentro. 
Su piel empezaba a ajarse. Su corazón se abrió y comenzó a sangrar. 
- Pero no lo entiendo....ayer estábamos tan bien y hoy....¿qué ha pasado? ¿por qué me haces esto?
Su anterior melena brillante y rizada, comenzaba a perder su luz y comenzaba a caer al suelo.
El cuerpo comenzó a crecer, 1 kilo, y otro, y otro más. Las caderas estrechas que él había creído ver durante tanto tiempo, empezaron a tornarse más anchas. El culo que él veía respingón y sin rastro de celulitis, comenzó a descolgarse y a perder turgencia. 
- No puede ser que me dejes así. No encontrarás otra que te quiera igual que yo.
En su corazón comenzaron a abrirse antiguas heridas que parecían cicatrizadas. 
Su cara de ángel empezó a transformarse en apariencia diabólica.
- Tienes otra, ¿verdad? esa es la razón de que me dejes, tienes otra. Seguro que es más guapa, más alta, más lista y mejor persona que yo. 
Sí, sin lugar a dudas, en realidad era un ser diabólico que se había vestido de ángel para engañarle. 
- Por favor, no me dejes. Mírame a los ojos y dime que ya no me quieres. Que no sientes nada por mi. No puedo creer que de un día para otro no sientas nada. Necesito un beso, tan sólo un beso. Bésame por última vez y luego, si quieres, me dejas.
Se puso de rodillas y comenzó a ir hacia él. Por el camino se iban quedando su orgullo, su fuerza, su independencia, todas esas virtudes que él había visto en ella. En realidad era una pobre mujer mendigándole cariño, rogándole que la quisiera. ¿Cómo podía haber estado con alguien así? ¿tan dependiente?
Ella se había convertido ante sus ojos en una caricatura de lo que fue. Con tan sólo una frase. 


Y ahí estaba ella, desnuda ante él. 
De repente se mostraba tal y como era ante sus ojos, sin el velo del enamoramiento, y ella tenía razón en todo lo que le dijo durante el tiempo que habían estado juntos:
- Le sobraban unos kilos
- tenía el pelo lacio y sin alegría
- si no se maquillaba, en realidad tenía ojeras
- su culo no era para nada atractivo, y sus piernas eran gordas 
- era agresiva al hablar
- su falta de autoestima. ¿Cómo era posible? antes era ella la que le daba fuerzas y ánimos a él para afrontar el duro día a día!
- Y esos pechos....fláccidos, caídos....qué asco! recordaba cuando los lamía y mordía con avidez....cómo podía haber estado tan ciego!
- ¿mendigaba cariño? ¿era eso lo que había ocurrido? Era una puñetera inmadura que le había tenido engañado todo este tiempo. 


A ella, la única opción que le quedó fue volver a remendar su corazón y así, desnuda, sin la coraza que había quedado tirada en el suelo de la casa, volver a enfrentarse al mundo. Tan sola como estaba antes, pero sin la maravillosa visión sonrosada que él le regalaba cada día. 

17 comentarios:

  1. Que duro, pero es una realidad, a veces cuando nos desenamoramos vemos que lo que teníamos a nuestro lado no era como creíamos.
    Muy bien escrito, si señor.

    Un besote

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    1. En realidad, lo que quería hacer ver es que el enamoramiento nos engaña a unos y nos hace vernos mejor a otros.
      Que cuando ese "velo" cae, los unos echan la culpa a los otros porque les "engañaron" y los otros se sienten desnudos y vulnerables.

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    2. y lo he visto, solo que a mi me impacta mas como me cambia la imagen de la otra persona. yo me quiero igual de poco estén o no enamorados de mi(no me riñas,es una realidad) quizá me siento mas princesa al principio de la relación por ver al otro tan enamorado. pero por suerte no me veo peor si se desenamora.

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    3. Cómo te voy a reñir si a mi me pasa lo mismo!
      Entonces, buen análisis...no, qué coño! si la gente no entiende lo que quiero contar (aunque este no sea el caso) es porque yo lo cuento mal, no porque no se entienda.
      muack, guapa!

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  2. Muy bueno Maripili. Todos nos hemos sentido alguna vez desnudos, mendigando cariño. Todos nos hemos sentido alguna vez iluminados, despreciando lo que antes nos era tan amado. (Aunque esta última opción siempre es más fácil de olvidar y justificar.)

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  3. Ah, vale, o sea que ayer tocaba engañarnos y hoy hacernos reflexionar... ya le voy pillando el truco al blog ;P

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    1. En este blog, nunca nada es lo que parece, Doctora.
      jajajajaja me encantan tus comentarios!

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  4. Qué duro coño!

    Ya que estamos....una pregunta...¿ qué te parece más doloroso, Maripili, ser la víctima o ser el verdugo?.

    Un Besazo, Paquetona

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    1. Marishreki, en esta historia en particular, prefiero ser verdugo. Además de ser quien deja, no sufre, ya que toda la culpa la tiene ella; y no se siente mal, porque cree que ella le engañó y además, se siente superior al ver a la chica mendigar. A todas luces, el mejor papel es el de verdugo.

      En la vida en general, no he tenido opción, salvo en dos ocasiones, siempre fui víctima, y cuando fui verdugo, no salí tan bien parada como el del relato.

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  5. Yo creo que ambos papeles son igual de sufridos

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    1. Cada caso es particular, Ray, pero no termino de estar de acuerdo contigo, imagino que el que deja siempre será el mejor parado, ya que su sentimiento por el otro es menor o inexistente.

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    2. Perdón por meterme...pero no olvidemos el sentimiento de culpa del verdugo.

      Ya que estoy....Rayajo...gracias por en enlace de Dante.

      Buen finde a los dos!

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    3. jajaja pero si hay sido Ray el primero que se ha metido en conversaciones de mayores entre tú y yo, marishreki!! puedes meterte todo lo que quieras.
      Mira, justo estábamos hablando de eso Ray y yo, y da como para una entrada sobre el tema.
      Imagino que cada uno puede hablar desde su propia experiencia y en mi caso, como acabo de decirle a Ray, el dolor de dejar no es tal, no fue dolor, fue una simple incomodidad, ya que el alivio que sentí al estar liberada de nuevo, fue tan sublime, que no hubo dolor, tan sólo una simple incomodidad.

      El verdugo no merece perdón, y en ocasiones, el dejado tampoco. Los dos pueden llegar a tener lo que han buscado.

      Soy la peor persona del mundo, ¿verdad?

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  6. No creo que ninguno de los dos sean fáciles si realmente se ha querido.

    Y puf, tronca me has descrito, piernas gordas culo flácido, tetas caídas, ojeras (necesito una solución ya para mis bolsas en los ojos)y pelo lacio,... me voy a duchar, maquillar y poner un sujetador de los buenos a ver si así me animo más :D

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  7. Somos como serpientes, mudamos de piel y vamos despojándonos de las que no sirven para sobrevivir, bien porque no las arrancan o por necesidad de crecer.

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