Tengo yo una amiga que vive en el extranjero que es mi tabla de salvación, con ella hago terapia todos los días y es que la chica me llama todas todas las noches, con eso de que la sale gratis y que la autonomía de su teléfono nos da para 40 minutos de conversación, no os imaginais lo que me ahorro en psicólogos.
El caso es que su vida es para contarla, la chica lo dejó todo por amor, se fue a un país extraño por un tío que le salió rana despues de 10 años de matrimonio, en diciembre decidieron terminar y encima se quedó la pobre sin trabajo, el caso es que la tía se lió la manta a la cabeza y se fue a Dominicana 15 días solita y ahí...tachaaaaann...ha vuelto a encontrar el amor y encima su marido le ha hecho un bonito regalo de divorcio: una suma de euros nada desdeñable...manda narices que todo lo que no hizo en 10 años de matrimonio, lo haga ahora que se están divorciando.
El caso es que me gusta hablar con ella porque es el ejemplo viviente de cómo te puede cambiar la vida en un momento, me gusta pensar que eso me ocurrirá a mi, lo de divorciarme no porque por ahí ya he pasado, no fue un divorcio propiamente porque no estuvimos casados pero sí muy parecido, pero lo de encontrar el amor, pues sí, además me conformo con uno de Cuenca, porque lo de volar no es lo mio y a Dominicana hay 8 horas, y los latinos con todo mi respeto tampoco, a mi tanto "mi amol" me empalaga, yo soy más de "chiqui", "cari" y esas chorradas.
El caso es que más de una vez me he preguntado cómo es posible semejante cambio en nada de tiempo, cuando peor estaba mi amiga, se le arregló todo de repente, y he llegado a una conclusión: el miedo. De repente perdió el miedo a todo, cuando ya los has perdido todo, qué más te da? cuando crees que todo se te fue al garete, parece que te relajas, ya lo dice el dicho, de perdidos al río!!! y mira tú por dónde, para ella: de perdidos a Dominicana.
Marijuli
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